Diecisiempre c:

En 4 horas más estaré de cumpleaños y pasare a tener 19 años, soy una nena lo se c:, pero ustedes saben lo que significa tener 19 años!? no, creo que nadie se imagina la carga social, emocional y, si ya no nos hagamos los hueones (hombres asúmanlo), el físico también ¬¬.

Cuando niña me dijeron que los quince era la mejor edad, luego los dieciséis, los diecisiete y los dieciocho, nadie me dijo los diecinueve :c, para mí me mejor edad fueron entre los diecisiete y los dieciocho, hasta el día de hoy, estos dos años han sido, lejos los mejores de mi vida, crecí más que nunca, maduré (si, como las frutas c:), entre a la Universidad a estudiar lo que me gusta (osea no, quería historia o diseño pero psico también me gusta c:), tengo amigas bacanes (se que bacan se escribe con v, osea vacán, pero no me gusta >_< es BACÁN y punto c:), unos padres maravillosos, una familia hermosamente hermosa y feliz, un  blogg que va viento en popa c:, un twitter (es algo superficial pero es verdad c:) mi pelo esta hermosamente largo (en comparación con el año pasado en esta fecha claro esta! jajaja), mi cuerpo es boni boni c: y tengo un arito en la nariz, cachai que quería uno desde que tengo como 12 años!, cuando la teleserie 16 estaba de moda y la estrella tenia uno, creo o la magdalena no no no no no! el personaje de la Fran Urrejola tenia uno!, siempre quise ser como ella en esa novela! era tan bacan su pelo! y su onda! esa mina si que era ondera, creo que me marco ene porque después de esa novela comencé a pintar pero bueeeeno, eso es lana de otro ovillo como dice mi nona c:.

Hoy mis amigas de la U me dieron la mejor sorpresa del mundo, como mañana no nos vemos por motivos de horarios, hoy asaltaron mi departamento a la hora de almuerzo y me prepararon un rico almuerzo veraniego, del que claro ¬¬ no tenemos fotos porque no compramos pilas ¬¬ pero no importa porque me quedan muchos globos en el piso y un cartel hermoso y la guatita llena c:



Ahora como es de costumbre todo 26 de diciembre en la tarde noche c: me dedico a pintar lo qe se me pase por la cabeza, a tomar cocacola light (se viene el verano hay que cuidaar la figura que despreocupé en 10 meses c:) y fumarme un cigarro, esta vez no sola sino que con la camileiiin mi compañerita de cuarto <3<3<3

La gracia de cumplir años es madurar, creo, yo no quiero cumplir mas años y por ende no quiero madurar más xD, por eso he decidido que desde hoy a als 23:59 pm he de cumplir DIECISIEMPRE C:


GRACIAS HERMOSAS POR ESTA SORPRESA TAN LINDA C: YO AMARLAS C: <3<3

Andrea - Beatriz - Camila - Daniela - Paola c:



Gracias totales c: nos veremos cuando tenga diecisiempre jijijiji

hace un par de dias una amiga me dijo que mi vida era demaciado feliz, que tenia que pasarme algo para que reaccionara, la verdad es que casi la mate por la "tontera" que me dijo.... hoy en verdad le encuentro razon, llevo una hora llorando sin consuelo y creo que se viene mas....

me carga cuando los hombres mal  interpretan conversaciones o cosas asi, nose si yo soy muy nose especial o ellos son una sub especie donde todo lo que tenga que ver con una mujer es que ella quiere con el, nose nose quiero dormir ADIOS MUNDO CRUEL, quiero volver a tercero medio sin preocupaciones, cuando mi vida (en esta fecha) era hermosa, un cuento de hadas...

La tragedia de la emancipación de la mujer



Comienzo con una concesión: independientemente de todas las teorías 
políticas y económicas, que tratan las diferencias fundamentales entre varios 
grupos dentro de la raza humana, independientemente de la distinción de clase 
y raza, independientemente de los límites artificiales entre los derechos de la 
mujer y del varón, sostengo que existe un punto donde estas diferenciaciones 
pueden converger e integrarse en un todo. Con esto no pretendo proponer un 
tratado de paz. El antagonismo social general, que  ha tomado toda nuestra 
vida pública, causada por la fuerza de intereses contradictorios y opuestos, se 
desmoronará cuando la reorganización de nuestra vida social, basada en 
principios de justicia económica, sean una realidad. 
La paz y la armonía entre sexos e individuos no depende necesariamente de 
una equiparación superficial de los seres humanos,  ni tampoco demanda la 
eliminación de rasgos y peculiaridades individuales. El problema es, en 
comunión con lxs demás, conectarse profundamente con todxs lxs humanxs y 
aún así mantener las propias características individuales. Esta me parece que 
es la base sobre la que masa e individux, el varón y la mujer pueden converger 
sin antagonismo ni oposición. El lema no debería ser “Perdónense” sino más 
bien “Entiéndanse”. La famosa frase de Madame de Stael : “Entender todo 
significa perdonar todo” nunca me ha gustado, tiene olor a confesión, perdonar 
al prójimo transmite la idea de superioridad farisaica. Es suficiente con 
entender al otrx. Esta concesión representa parcialmente el aspecto 
fundamental de mis ideas sobre la emancipación de la mujer y sus efectos 
sobre el sexo en su totalidad. 
La emancipación debería hacer posible que la mujer sea humana en el sentido 
más verdadero del término. Todo lo que dentro de ella anhele afirmación e 
iniciativa o agentividad debería alcanzar su máxima expresión, todas las 
barreras artificiales deberían romperse, y el camino hacia una mayor libertad 
despejado de toda huella de siglos de sometimiento  y esclavitud. Este fue el 
objetivo original del movimiento para la emancipación de la mujer. Sin 
embargo, los resultados hasta ahora obtenidos han aislado a la mujer y la han 
despojado de la fuente de su felicidad esencial. La emancipación puramente 
externa convirtió a la mujer moderna en un ser artificial, que nos recuerda a 
uno de los productos de la arboricultura francesa con sus árboles de arabescos 
y arbustos, pirámides, ruedas, coronas, cualquier cosa excepto las formas que 
alcanzaría a través de la expresión de sus propias  cualidades internas. Hay 
muchas de estas plantas de sexo femenino artificialmente engendradas 
especialmente en la así llamada esfera intelectual de nuestra vida. 
¡Libertad e igualdad para la mujer! Cuales fueron las esperanzas y aspiraciones 
que estas palabras despertaron cuando fueron pronunciadas por primera vez 
por algunas de las almas más nobles y valientes de aquellos días. El sol con 
toda su gloria iba a elevarse sobre un mundo nuevo, en este mundo la mujer 
iba a ser libre para dirigir su propio destino- uno objetivo ciertamente digno de 
gran entusiasmo, coraje, perseverancia, e incesante esfuerzo, albergado por 

los primeros varones y mujeres, que apostaron todo contra un mundo de
prejuicio e ignorancia.
Mis esperanzas también se dirigen hacia ese objetivo, pero sostengo que la
emancipación de la mujer, tal como se la interpreta y aplica hoy, ha fracasado.
Ahora la mujer se enfrenta a la necesidad de emanciparse de la emancipación,
si realmente quiere ser libre. Esto puede sonar paradójico pero es la pura
verdad.
¿Qué ha logrado con su emancipación? Sufragio universal en algunas
regiones. ¿Purificó eso nuestra vida política, como predijeron muchos bien
intencionados defensores? Ciertamente no. A propósito, es tiempo de que
aquellas personas con sólido razonamiento cesaran de hablar acerca de la
corrupción en la política con aires de pedantería. La corrupción política nada
tiene que ver con la moral o la laxitud de la moral de las personalidades
políticas. Su causa es material. La política es el reflejo del mundo comercial e
industrial cuyos lemas son “Tomar es mejor que dar”, “Compra barato y vende
caro”, “Una mano manchada lava la otra”. No hay esperanzas de que la mujer
con el derecho a voto purifique la política.
La emancipación trajo la equidad económica entre el varón y la mujer, es decir,
ella puede elegir su propia profesión, un oficio, pero como su entrenamiento
físico ni pasado ni presente la dotó de la fuerza necesaria para competir con el
hombre, ella se ve obligada a extinguir sus fuerzas, consumir su vitalidad, y
tensión a cada nervio para alcanzar el valor del mercado. Pocas lo logran,
porque es un hecho de que las maestras, las médicas, las abogadas, las
arquitectas, y las ingenieras- teniendo la misma confianza que sus colegas
varones- no reciban la misma remuneración. Y todas aquellas que alcancen la
deseada igualdad generalmente lo hacen a expensas de su bienestar físico y
psíquico. Y para la gran masa de mujeres trabajadoras, ¿cuánta independencia
se gana si la estrechez y falta de libertad del hogar es reemplazada por la
estrechez y falta de libertad de la fábrica, las tiendas o la oficina? Mas aún
después de un duro día de trabajo, está la carga de ocuparse de un “hogar
dulce hogar”- frío, atemorizador, desordenado, poco acogedor. ¡Gloriosa
independencia! No es sorprendente los cientos de jóvenes dispuestas a
aceptar la primera oferta de matrimonio hartas y cansadas de su
“independencia” detrás de un mostrador, una máquina de coser o de escribir.
Están tan dispuestas a casarse como chicas de clase media que anhelan
quitarse el yugo de la supremacía parental. La así llamada independencia que
lleva a tan sólo alcanzar la mera subsistencia no gusta tanto, ni es tan ideal,
como para que una mujer sacrifique todo. Nuestra tan preciada independencia
es, después de todo, un proceso lento de embotamiento y endurecimiento de la
naturaleza de la mujer, de su instinto de amor y de su instinto maternal. Sin
embargo, la posición de la joven trabajadora es más natural y humana que
aquella de su aparentemente más afortunada hermana profesional-maestras,
físicas, abogadas, ingenieras-, que tiene que tener una apariencia digna y
apropiada mientras la vida interna crece vacía y muere. La estrechez de la
concepción existente de la independencia y emancipación de la mujer, el miedo
a amar a un hombre que no es de su clase social, el miedo a que el amor le
sustraiga la libertad y la independencia, el horror de que el amor o la dicha de

la maternidad sólo la limite en el completo ejercicio de su profesión: todo esto
junto hace de la mujer moderna emancipada sea una virgen vestal, ante la cual
la vida, con sus grandes penas clarificadoras y sus profundas extasiantes
felicidades, se desarrolla sin tocarle o arrebatarle el alma. La emancipación tal
como la entiende la mayoría de sus exponentes y defensoras es demasiado
estrecha como para permitir el amor sin barrera y el éxtasis contenido en la
profunda emoción de la mujer verdadera adorable, madre en libertad.
La tragedia de la mujer económicamente independiente y emancipada yace en
no demasiadas sino más bien pocas experiencias. Es cierto, ella supera a sus
hermanas de las pasadas generaciones en el conocimiento del mundo y de la
naturaleza humana, ella siente una profunda falta de esencia que por si sola
podría enriquecer el alma humana, y sin la cual la mayoría de las mujeres se
transforman en meras autómatas profesionales. Que tales acontecimientos
habrían de acontecer fue previsto por aquellos que se dieron cuenta que, en el
dominio de la ética, todavía quedaban muchas ruinas en desintegración de los
tiempos de la superioridad indiscutida del varón, ruinas que todavía hoy se
consideran útiles. Y lo que es más importante, un gran número de mujeres
emancipadas no son capaces de relacionarse con ellas. Cada movimiento que
tiene por objetivo la destrucción de las instituciones existentes y su reemplazo
con algo más avanzado, más perfecto, tiene sus seguidorxs que en teoría
sostienen las ideas más radicales, pero quienes, sin embargo, en sus prácticas
diarias, son como el filisteo promedio fingiendo respetabilidad y pidiendo a
gritos que sus enemigos lxs consideren con respeto. Hay socialistas y
anarquistas incluso que abogan a favor de la idea de que la propiedad privada
es robo, y sin embargo se indignarían si alguien les debe el valor de una
docena alfileres.
Estxs filistexs también se encuentran en el movimiento de mujeres. Los
periodistas amarillistas y los intelectualoides han plasmado imágenes de la
mujer emancipada que le pondrían los pelos de punta a cualquier buen
ciudadano y a su aburrida pareja. Cada miembro del movimiento de derechos
de la mujer fue retratada como George Sand* en su absoluto desacato a la
moralidad. Nada era sagrado para ella. No tenía respeto por el ideal de relación
entre el varón y la mujer. En resumen, la emancipación era vista como una vida
temeraria de lujuria y pecado, independientemente de la sociedad, la religión y
la moral. Las exponentes del movimiento de derechos de mujeres estaban
indignadas por tal representación y sin humor, utilizaron todas sus energías en
probar que ellas no eran así sino todo lo contrario. Por supuesto, mientras una
mujer fuera la esclava del varón, no podría ser casta y pura, pero ahora que era
independiente y libre probaría cuán buena podría ser y que su influencia
tendría un efecto purificador sobre todas las instituciones sociales.
Ciertamente, el movimiento por los derechos de la mujer ha roto muchas
cadenas pero también ha forjado nuevas. El gran movimiento de verdadera
emancipación no se ha encontrado con una gran raza de mujer que puede
mirar a la libertad a la cara. Su visión estrecha y puritana ha desterrado de su
vida emocional al varón como personaje molesto y dudoso. No se iba a tolerar
al hombre bajo ningún punto, excepto al padre de su hijx, ya que unx niñx no
podría desarrollar su vida correctamente sin un padre. Afortunadamente, las
más rígidas puritanas no serán nunca suficientemente fuertes como para matar

el deseo innato de maternidad. Pero la libertad la mujer está íntimamente
relacionada con la del varón, y muchas de las así llamadas hermanas
emancipadas tienden a pasar por alto el hecho de que unx niñx nacidx en
libertad necesita el amor y la devoción de cada ser humano que le rodea, varón
o mujer. Desafortunadamente, es esta concepción limitada de las relaciones
humanas que ha causado la tragedia en las vidas del varón y mujer modernxs.
Hace 15 años apareció un trabajo de la brillante noruega, Laura Marholm,
titulado Mujer, un estudio de personalidad. Ella fue una de las primeras en
llamar la atención acerca del vacío y la estrechez de la concepción existente de
la emancipación de la mujer, y su efecto trágico en la vida interior de la mujer.
En su trabajo Marlhom habla del destino de varias mujeres talentosas de fama
internacional: el genio de Eleonora Duse , la gran matemática y escritora Sonya
Kovalevskaia , la artista y poeta natural, Marie Bashkirtzeff que muere joven. A
través de cada una de las descripciones de las vidas de estas mujeres de tan
extraordinaria mentalidad corre una estela marcada de deseos insatisfechos
por una vida completa y hermosa, y la inquietud y soledad que resultan de su
falta. De estos bocetos psicológicos magistrales unx no puede evitar ver que
cuanto más alto el desarrollo mental de la mujer, más difícil es para ella
encontrar una pareja que vea en ella, no sólo sexo, sino también a la amiga, al
ser humano, a la camarada y a una individualidad fuerte, que no pierda ni un
solo rasgo de ella. El varón promedio con su autosuficiencia, sus ridículos aires
de superioridad como patrón de la mujer, es una imposibilidad para la mujer
descripta en el libro de Laura Marholm un Estudio de Personalidad. Igualmente
imposible es el hombre que no ve nada en ella sino su mentalidad y su genio, y
que fracasa en despertar su naturaleza de hembra.
Se considera usualmente que un intelecto rico y un alma refinada son atributos
necesarios de una personalidad profunda y hermosa. En el caso de la mujer
moderna, estos atributos sirven de obstáculo para una afirmación completa del
ser. Por más de 100 años la antigua forma del matrimonio basada en la Biblia,
hasta que la muerte nos separe, ha sido denunciada como una institución que
representa la soberanía del varón sobre la mujer de la completa sumisión a sus
caprichos y órdenes y absoluta dependencia en su nombre y en su apoyo. Una
y otra vez, se ha probado de manera concluyente que la antigua relación
matrimonial restringía a la mujer a la función de sierva del hombre y
reproductora de sus hijxs. Y aun así encontramos muchas mujeres
emancipadas que prefieren casarse por las cadenas de la moral y el prejuicio
social que condicionan y limitan su naturaleza.
La explicación de tal inconsistencia por parte de muchas mujeres avanzadas se
encuentra en el hecho de que nunca entienden verdaderamente el significado
de emancipación. Pensaban que todo lo que era necesario era una
independencia de las tiranías externas: mientras que no se tenía en cuenta a
los tiranos internos, mucho mas dañinos a la vida y al crecimientoconvenciones
éticas y sociales- que parecen llevarse mucho mejor en las
cabezas y los corazones de las exponentes más activas de la emancipación de
la mujer, que en los corazones y las mentes de nuestras abuelas.

Estas tiranías interiores, en forma de opinión pública o del qué dirán, todxs lxs
detectives de la moral llámense madres, tíos, hermanos, parientes, autoridades
educativas y demás carceleros del espíritu humano ¿qué dirían? Hasta que la
mujer no haya aprendido a desafiarlos a todxs, mantenerse firme en su
posición e insistir sobre su ilimitada libertad para escuchar la voz de su
naturaleza, ya sea que reclame el tesoro más grande de la vida, el amor por un
hombre, o su privilegio más grande, el derecho a dar a luz, ella no podrá
llamarse a sí misma emancipada.¿ Cuántas mujeres emancipadas son lo
suficientemente valientes para reconocer que la voz del amor está llamando
salvajemente latiendo en el corazón, demandando ser escuchada, ser
satisfecha? El escritor francés, Jean Reibrach, en una de sus novelas, Nueva
Belleza, intenta imaginar la mujer ideal, bella, emancipada. Este ideal está
encarnado en una joven, una física. Ella habla con inteligencia y sabiduría de
cómo alimentar niñxs, es amable y les administra medicamentos gratuitos a
aquellas madres sin recursos. Conversa con un muchacho amigo acerca de las
condiciones sanitarias del futuro y de cómo los bacilos y gérmenes varios serán
exterminados usando pisos y paredes de piedra. Y deshaciéndose del tapete
de la entrada y de los percheros. Ella está sin duda vestida de manera práctica
y simple, mayormente de negro. El muchacho, que, en la primera cita se ve
avasallado por la sabiduría de su amiga emancipada, lentamente aprende a
entenderla y un día se enamora. Son jóvenes y ella es amable y hermosa y a
pesar de llevar puesto siempre un atuendo severo, su apariencia se suaviza
por los blancos e inmaculados cuellos y puños. Se esperaría que él le
confesara su amor, pero el muchache no es alguien que cometa absurdos
románticos. La poesía y el entusiasmo del amor cubren sus caras sonrojadas
ante la belleza pura de la dama. Él silencia la voz de la naturaleza sin faltarle el
respeto. Ella también es siempre exacta, siempre racional, siempre se
comporta bien. Temo que si hubieran formado una unión el muchacho habría
arriesgado congelarse hasta la muerte. Debo confesar que no puedo ver nada
bello en esta nueva belleza, que es tan fría como las paredes y pisos de piedra
con los cuales ella soñaba. Yo preferiría las canciones de amor de las épocas
románticas, Don Juan y Madame Venus, fugarse con unx amante bajando por
una cuerda a la luz de la luna, perseguidxs por la maldición del padre y el llanto
de la madre, y el comentario moralista de los vecinos, preferiría todo esto que
la corrección y la propiedad comedidas. Si el amor no sabe dar y recibir sin
restricciones, no es amor, sino una transacción que nunca deja de hacer
hincapié en el debe y en el haber. La mayor desventaja de la emancipación
actual yace en su rigidez artificial, y en su estrecho decoro. El decoro que
produce un vacío en el alma de la mujer y que no le permitirá beber de la
fuente de la vida. Una vez recalqué que parecía haber una relación más
profunda entre la madre chapada a la antigua y la anfitriona, en la búsqueda de
la felicidad para sus pequeñxs y para aquellxs que ama, y la verdadera mujer
nueva, se encuentra entre ésta última y la mujer emancipada promedio. Las
discípulas de la pura emancipación me declararon hereje apta solamente para
la hoguera, su ciego entusiasmo no les permite ver que mi comparación entre
el modelo viejo y el nuevo sólo era para probar que un gran número de
nuestras abuelas tenían más sangre en las venas, más humor y picardía, y
ciertamente una gran cantidad de naturalidad, buen corazón y simpleza que la
mayoría de las mujeres profesionales emancipadas que llenan las
universidades, las casas de estudio y las oficinas. Esto no quiere decir que

deseo volver al pasado y que no condeno a la mujer a su vieja espera de la
cocina y el cuidado de lxs niñxs. La salvación reside en una enérgica marcha
hacia un futuro más brillante y más claro. Necesitamos deshacernos de
nuestras viejas tradiciones y hábitos. El movimiento de la mujer sólo ha dado el
primer paso. Esperemos que junte coraje para dar el próximo. El derecho al
voto o a la igualdad de derechos civiles pueden ser buenos reclamos pero la
verdadera emancipación no empieza ni en las cortes ni en las urnas. Comienza
en el alma de la mujer .La historia cuenta que cada clase oprimida obtiene su
verdadera liberación a través de su propio esfuerzo. La mujer debe aprender
esa lección, y ser conciente de que su libertad llegará tan lejos como llegue su
capacidad para lograrla. De allí que es más importante que ella comience con
su regeneración interior para liberarse del peso de los prejuicios, las tradiciones
y las costumbres. La demanda de iguales derechos es justa y correcta pero
después de todo, el derecho más vital es el derecho a amar y ser amadas. De
hecho, si la emancipación parcial va a convertirse en una emancipación
completa tendrá que deshacerse de la ridícula noción de que ser amada , ser
amante , ser madre es sinónimo de ser esclava o ser subordinada. Tendrá que
deshacerse de la absurda noción del dualismo de los sexos o del que el varón
y la mujer son mundos antagónicos.
La pequeñez separa, el aliento une, seamos amplias y grandes. No
subestimemos cosas vitales por el sinfín de nimiedades que nos confrontan.
Una verdadera concepción de la relación de los sexos no admitirá conquistadxs
y conquistadorxs, sólo sabe de una cosa: brindarse ilimitadamente para
encontrase a sí mismx más ricx, más profundx. Sólo eso llenará el vacio y
transformará la tragedia de la emancipación en alegría- ilimitada alegría.-






Emma Goldman