Uno de esos fines de semanas almorzamos en un hotel antiguo a las orillas del lago, era como los de las fotos antiguas, me hacía sentir como en la década de los 40, a finales de la Segunda Guerra Mundial, era demasiado mágico... De esa tarde tengo muy pocos recuerdos, pero uno ronda mi memoria cuando veo flores como esta... era prácticamente la hora del té y con mi familia recorríamos el patio del hotel junto a otras 4 o 5 familias muy parecidas a la mía, de un instante a otro mi abuela coge una pequeña flor azul y me la pone en el cabello y me dice al oído, muy despacito, esta flor se llama no me olvides, es la flor del corazón, luego de esa frase me tomó la mano y nos dirigimos a la mesa a tomar el té.
Cada vez que veo una flor de aquellas me acuerdo de mi nona y de es tarde cuando era muy pequeña..
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